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ALBERTO ORTIZ GARCÍA

La Casa de los Cien Años

 

Hace unos días me enteré que el Profesor Ortiz estaba delicado de salud. Fue entonces cuando muchos gratos recuerdos vinieron a mi mente.

Hace aproximadamente quince años empezamos a reunirnos un grupo de amigos, entre los que se encontraban Javier Dorantes, Miguel Ángel Rodríguez, la señora Elsita Chávez, el Maestro Francisco Huerta, el Profesor Alberto Ortiz y su servidora, María Teresa Meneses. Ocasionalmente también asistía Jorge Vargas, Amando Bautista y Pepe Torres.

Después de la pandemia se incorporaron la Maestra Olimpia Guevara, la Profesora María de Lourdes Huerta, la Profesora Olga Terrazas y le dimos un nombre a este grupo: “Amigos por la Cultura”.

Nuestras reuniones eran todos los miércoles, en ocasiones por la tarde, algunas otras veces por la mañana y nuevamente regresamos por las tardes. El horario no importaba, lo que era importante era tener nuestra reunión de los miércoles.

Fueron muchas las experiencias que ahí se compartieron y que también iré compartiendo, hoy haré mención solamente del profesor Ortiz, como siempre le llamé.

 

Podríamos hablar de él desde diferentes ámbitos: como deportista narraba sus hazañas en los juegos de basquetbol en los que él había participado y sus ojos mostraban un brillo muy especial en ese momento, podríamos decir que vivía nuevamente esos instantes. Tuvimos la oportunidad de acompañarlo cuando se le hizo entrega de un reconocimiento por su trayectoria deportiva.

Como profesor tuvo un número incontable de alumnos por quienes, cuando salíamos a hacer una visita cultural, siempre era saludado y reconocido. Esto era algo que le agradaba, el que sus discípulos no lo olvidaran.

En el aspecto histórico, a sus noventa y ocho años, sabía la historia de Apizaco porque mucha de ella la había vivido en carne propia y le agradaba compartirla con la gente.

Era también escritor. Recientemente publicó un libro con sus memorias y escribía poesía, además siempre tenía las palabras adecuadas para dirigirse a las personas que lo escuchaban. Recorrimos varias instituciones educativas y hablaba con tal facilidad que atraía la atención de niños y adultos.

Hacía acto de presencia en diferentes actividades artísticas y culturales que se realizaban en esta ciudad y en muchas ocasiones participaba activamente en ellas.

Fue un notable integrante de la Benemérita Cruz Roja, formando parte del grupo conocido como “La Vieja Guardia”, siendo algo que lo llenaba de orgullo.

Ciudadano ejemplar, un gran ser humano, con quien nuestro grupo “Amigos por la Cultura” compartió grandes momentos y nos quedan muchos gratos recuerdos.

Nuestro compañero, nuestro amigo, el Profesor Ortiz, falleció el pasado 6 de diciembre de este 2024, dejándonos un gran legado y un ejemplo de amor por la vida.

 

 

 

 

 

 

 

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