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SISMO DE 1985.- EVANGELINA CORONA

La Casa de los Cien Años

Recientemente se recordaron dos hechos que marcaron a México, dos sismos que tuvieron lugar un 19 de septiembre de diferentes años, en 1985 y en 2017. A treinta y nueve años del primero de ellos recordamos a los cientos de víctimas que perdieron la vida, otros a sus seres queridos o su patrimonio material.

Eran las 7:19 del jueves 19 de septiembre de 1985 cuando una mujer Tlaxcalteca, Evangelina Corona Cadena, llegaba a su trabajo encontrando el edificio donde laboraba convertido en escombros.

De la tragedia le surgió una fuerza desconocida que la llevó a unir a sus compañeras, a luchar incansablemente por sus derechos y convertirse en la primera secretaria general del Sindicato de Costureras “19 de Septiembre”. Fue reelecta en 1986 y ocupó un tercer periodo hasta el año1991.

Obtuvo diversos reconocimientos por su trayectoria, como el “Ángel de la Ciudad”, que recibió junto con Elena Poniatowska y Plácido Domingo. Su obra se encuentra publicada en el libro “Contar las Cosas como Fueron” y es la protagonista principal en la película “No le pedimos un viaje a la Luna” de Maricarmen de Lara, la cual obtuvo varios premios nacionales y extranjeros, entre los cuales podemos mencionar: el Ariel en 1987, la Diosa de Plata en 1987, Mención Especial en el Festival de Crétel en Francia en 1987, en el Festival Internacional en Puerto Rico en 1988 y el Colón de Oro en el Festival Internacional de Huelva, España en 1988.

Evangelina nació en San Antonio Cuaxomulco, una población del estado de Tlaxcala, en el año de 1938. Trabajó como empleada doméstica en la ciudad de Apizaco y tiempo después emigró a la ciudad de México donde también se desempeñó realizando labores domésticas.

En 1960 regresó a su pueblo natal donde permaneció hasta 1964, año en el que después de la muerte de su padre regresó a radicar a la ciudad de México, integrándose a trabajar nuevamente en un taller de costura. Fue así como el 19 de septiembre de 1985, después de dejar a su hija en la escuela llegó a su centro de trabajo que se encontraba en un edificio de once pisos, la tierra se había cimbrado, el inmueble ya se había derrumbado y estaba a un nivel de cuarto piso.

En una de las ventanas se encontraba una banderita de México que habían colocado algunas costureras, celebrando el mes patrio, eso le rompió el corazón. A su alrededor varios edificios que albergaban talleres de costura estaban derribados y muchas compañeras estaban sepultadas bajo las ruinas que había dejado el sismo.

Ante esta enorme tragedia, los patrones les negaron todo apoyo, fue entonces cuando las costureras se unieron y esa mañana que cambió el rumbo de nuestro país, hizo surgir el espíritu indestructible de ese sector tan olvidado.

Años después, el 19 de septiembre de 2017, nuevamente se vivió la experiencia de otro sismo, es entonces cuando reflexionamos en que nada está escrito, la naturaleza puede rugir, pero hay algo más fuerte que ella y que Evangelina Corona nos recuerda: “…ante tanto dolor hay algo bonito, la solidaridad de nuestra gente.”

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