El papa Francisco autorizó a los sacerdotes a bendecir a “parejas en situación irregular”, lo que incluye casados civilmente o a divorciados vueltos a casar, y a parejas “formadas por personas del mismo sexo”, siempre que esto no se confunda con una celebración de una boda, reportan este lunes medios especializados.
Con esto, queda autorizado que se les bendiga pero no en una ceremonia especial sino, por ejemplo, con motivo de la visita a un santuario, en una peregrinación, en un hospital o en otras situaciones informales y que cuando se imparta o se reciba no se usen “ni las vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio”.
La autorización establece que el sacerdote pedirá para las parejas “la paz, la salud, un espíritu de paciencia, diálogo y ayuda mutuos, pero también la luz y la fuerza de Dios para poder cumplir plenamente su voluntad”.
Es importante, establece el: “evitar que se reconoce como matrimonio algo que no lo es” y agrega “se evite que se conviertan en un acto litúrgico o semi-litúrgico, semejante a un sacramento”.
La explicación de la bendición es de que quienes la reciben, “reconociéndose desamparados y necesitados de la ayuda de Dios, no pretenden la legitimidad de su propio status, sino que ruegan que todo lo que hay de verdadero, bueno y humanamente válido en sus vidas y relaciones, sea investido, santificado y elevado por la presencia del Espíritu Santo”. “Las relaciones humanas puedan madurar y crecer en la fidelidad al mensaje del Evangelio, liberarse de sus imperfecciones y fragilidades y expresarse en la dimensión siempre más grande del amor divino”.
