🎧 Usa el reproductor para escuchar esta nota.
Hola a todos. Soy Mónica Yatzary, tengo 16 años y participo en concursos de matemáticas desde 5º de primaria. Hoy quiero relatar mi experiencia y compartir un poquito de lo mucho que las matemáticas pueden darte, de lo maravillosas que son y de cómo me ayudaron a transformar mi vida.
Al principio, las matemáticas me parecían un reto enorme. Había problemas que me frustraban y teoremas que no entendía. Pero con el tiempo descubrí algo maravilloso: que detrás de cada número hay una lógica, un orden que espera ser descubierto. Resolver un problema se volvió una experiencia casi mágica, como si cada paso que daba me ayudara a entender un poco mejor no sólo los números, sino también la vida misma.
A lo largo de estos años, las matemáticas me han llevado a lugares que nunca imaginé. Gracias a ellas, he podido representar a mi Estado y a mi País, conocer personas increíbles y vivir momentos que marcaron mi historia. Uno de los más importantes fue ser seleccionada para la Academia Espacial, un programa que reúne a jóvenes apasionados por la ciencia y la exploración del universo. Estar allí fue un sueño hecho realidad: aprender, crear y compartir con personas que sienten la misma curiosidad que yo me hizo ver lo grande que puede ser el conocimiento cuando se comparte.
También me ha motivado a fundar un Club de Lectura, un espacio donde puedo combinar la lectura con el amor por aprender. En cada encuentro, las ideas se cruzan, las voces se escuchan y todos aprendemos algo nuevo. Es un recordatorio constante de que la educación no se trata sólo de estudiar, sino de conectar con los demás.
Y sobre todo, las matemáticas me han brindado la oportunidad de tener una hermosa convivencia. Ésta se encuentra presente en cada momento, desde las olimpiadas y concursos a los que he ido así también como en los entrenamientos que tenemos. Es un ambiente donde todos se apoyan, donde los logros de uno son motivo de orgullo para todos. Más que compañeros, se han convertido en una segunda familia.
Hoy, al mirar atrás, me doy cuenta de que cada experiencia, cada logro y cada obstáculo superado ha sido posible gracias a las matemáticas. Ellas me han enseñado a ser paciente, a pensar con claridad, a confiar en el proceso y, sobre todo, a disfrutar del camino. Me han mostrado que incluso en el caos hay orden, y que los desafíos pueden transformarse en oportunidades para crecer.
Las matemáticas son para mí, algo verdaderamente hermoso. No sólo porque me han permitido alcanzar metas, sino porque me han formado, me han hecho más fuerte y me han enseñado a ver la belleza que hay en cada descubrimiento. Son, sin duda, una parte mágica de mi vida, una fuente inagotable de aprendizaje, esperanza y sueños. Las matemáticas y la familia que he encontrado en GAMET-Kuviká, y todo lo que he aprendido y logrado por ellos, siempre será una parte fundamental de mi vida.
Hasta la próxima.
