RÍO DE JANEIRO. En agosto nos vemos, la obra inédita y póstuma del Premio Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez, que será publicada en abril de 2024, refleja la esencia más genuina del novelista colombiano, asegura el escritor brasileño Eric Nepomuceno, su amigo y traductor al portugués.
“Es García Márquez en estado puro, muy poética, una espléndida narrativa de vida”, afirmó en entrevista el novelista y periodista brasileño de 75 años, autor de obras como A palavra nunca (1997) y Quarta-feira (1998).
Nepomuceno, responsable por la traducción al portugués de varios de los más importantes autores latinoamericanos, como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Eduardo Galeano, trabaja actualmente en la obra póstuma de García Márquez para que pueda ser lanzada también en Brasil en abril de 2024.
“Ese es el deseo de los hijos de Mercedes y de Gabo”, afirma sobre el proyecto de la familia del escritor colombiano y de la editorial Random House para que la obra póstuma sea publicada simultáneamente en todo el mundo y en diferentes idiomas en la fecha en la que se conmemorará el décimo aniversario de su muerte.
Ese también es el objetivo de la editorial Record, propietaria de los derechos de las obras de García Márquez en Brasil, que confió nuevamente en Nepomuceno, responsable de la traducción de casi todas las obras del colombiano al portugués.
“No veo nada de Macondo en esta obra, pero trae, sí, las características de Gabo, su creatividad, su lenguaje melódico“, afirma el traductor sobre la novela póstuma de quien es mundialmente reconocido por Cien años de soledad (1967), El amor en los tiempos del cólera (1985) y Memoria de mis putas tristes (2004).
Tal y como lo adelantó el propio García Márquez en un evento en la Casa de las Américas en Madrid en 1999, cuando leyó el primer capítulo, En agosto nos vemos cuenta la historia de Anna Magdalena Bach, una cincuentona que cada 16 de agosto viaja a una isla del Caribe para visitar la tumba de su madre y buscar encuentros sexuales extramatrimoniales con desconocidos.
Pese a que llevaba varios años trabajando en la novela, el escritor colombiano nunca la entregó a sus editores por considerar que le faltaban revisiones, algo en lo que coincide Nepomuceno.
“Él era un obsesionado por la revisión. Llevaba, digamos, un año para escribir y tres o cuatro para revisar. Pero aún así, es García Márquez en estado puro. Un hermosísimo libro contando el vuelo de una mujer del cotidiano que se lanza a aventuras inéditas en su vida”, aseguró.
Nepomuceno afirma que, dada la libertad que le daba para traducir sus obras, no ha sentido la falta del colombiano en el nuevo proyecto.
“Él me decía que por ser un escritor que lo traducía no podía consultarlo. Además, que de sus traductores, yo era el único integrante de su ‘mafia’”, aseguró.
El brasileño, sin embargo, lo consultó una única vez por problemas para una traducción debido a que en uno de los textos de Doce cuentos peregrinos encontró seis palabras con doble sentido.
“Él me contestó: ‘Vete al diccionario, vete al diccionario, vete al diccionario…’. Yo le contesté: ‘Vete a la mierda’. Me llamó y nos reímos. Nunca me aclaró cuál de los sentidos era el original”, dijo.
“Tuve que arreglármelas solo. Y creo haber dado en el blanco porque fue con ese libro que gané mi primer Jabuti, el más prestigioso premio literario de mi país, en la categoría de traducción”, agregó.
Nepomuceno ya está trabajando en la revisión de la traducción de En agosto nos vemos y aseguró que su mayor dificultad, como siempre, ha sido encontrar el tono garciamarquiano.
“Digo y reitero que traducir no es estar en un tren mirando el paisaje por la ventanilla. Es entrar en el paisaje y contar cómo es. En este caso específico, trato de recordar la voz de Gabo e imaginármelo contando la historia. Ese es el tono, la melodía que busco”, explicó.