En este remoto lugar de Europa es posible observar las trovants, unas extrañas y misteriosas rocas que crecen, se mueven y hasta parecen respirar, atrayendo la atención de la comunidad científica y de los turistas.
Muchas veces en la naturaleza la realidad supera a la ficción. Un ejemplo de esto lo podemos encontrar en un rincón poco conocido del sur de Rumania, en el pequeño pueblo de Costeti (o Costeşti), donde se puede contemplar uno de los fenómenos geológicos más intrigantes del mundo: las trovants, cuyo nombre significa literalmente “piedras que crecen” en rumano.
Y aunque parezca mentira, estas piedras no difieren mucho visualmente de otras que puedes observar en tu día a día. Lo particular de estas formaciones rocosas es que los lugareños afirman que después de fuertes lluvias, aparecen unas pequeñas y extrañas formas en unas rocas que todavía son un misterio para los científicos, dando lugar a hipótesis sobrenaturales o paranormales.
¿Por qué estas extrañas piedras “crecen”?
Para muchos geólogos, estas estructuras son únicas en el planeta. Su origen se remonta a hace unos 6 millones de años. En un principio se trataban de pequeñas formaciones que con el paso del tiempo se han llegado a convertir en estructuras que en algunos casos alcanzan los 10 metros de altura.
A pesar de que las trovants siguen creciendo, lo hacen de una manera imperceptible para el ojo humano: se cree que tardan aproximadamente 1000 años en crecer entre 4 y 5 centímetros.
Por otra parte, suelen ser de formas esféricas, cilíndricas o nodulares, mientras que sus superficies suelen ser lisas y sin bordes. Los análisis llevados a cabo por los geólogos indican que las misteriosas formaciones están compuestas principalmente de un núcleo de roca dura. En cambio, el resto está formado por arenisca compactada, formando una especie de caparazón en torno a ese núcleo. Pero las trovants esconden más sorpresas.
Tras analizar la zona, los minerólogos llegaron a la conclusión de que no había diferencias entre la arena presente en estos lugares y la arena sedimentada que forma parte de las piedras. Según diversos estudios, hace unos seis millones de años la región formaba parte de una gran cuenca sedimentaria, y las arenas se compactaron a partir de diversos choques tectónicos, dando lugar a la formación de las trovants.
Estas acumulaciones de arena altamente porosa y depósitos de arenisca por aguas ricas en carbonato de calcio explican por qué las piedras crecen. Son los carbonatos los que hacen que, cuando precipita el agua sobre ellos, presionen a las capas exteriores y vayan creando protuberancias que las hacen aumentar de volumen. Por eso se dice que crecen tras fuertes lluvias.
También se mueven y respiran
Otra peculiaridad de estas piedras es que también se “mueven”. De acuerdo con los expertos que han estudiado la zona de Costeti, se trasladan de media 2,5 milímetros cada dos semanas, lo que recuerda a las piedras navegantes de Death Valley.
A partir de las huellas que dejaron las trovants en su camino a través de los siglos, se ha descubierto que este movimiento se debe a que el crecimiento en la superficie se realiza de manera irregular, desplazándose por la fuerza gravitatoria.
Por si no fuera suficiente, se ha detectado que las trovants tienen hasta tienen pulso, e incluso han logrado detectar cuánto tiempo pasa entre una “respiración” y otra. Se estima que pasan hasta tres semanas entre cada respiración, y además este pulso solamente puede detectarse con equipos de alta sensibilidad.
Una gran sorpresa en su interior
Las piedras pasaron por los microscopios de los científicos con el fin de comprender por qué se producía este aumento de tamaño, quienes diseccionaron varias muestras para tratar de llegar al fondo de este enigma.
Al abrirlas, se encontraron con estructura similar a la de los anillos circulares que va formando el tronco de un árbol, capa sobre capa, lo que sirvió para calcular la edad de algunos fragmentos.
Hoy es una gran atracción turística de esta zona de Rumanía
Hay científicos que en la actualidad todavía defienden que las Trovants son de origen extraterrestre, y que habrían llegado a la Tierra durante una lluvia de meteoritos única, lo que explicaría sus características extraordinarias. Por una razón u otra, el debate aún está abierto y son cada vez más los curiosos que quieren acercarse a este fascinante lugar.
Por su increíble valor, han sido declaradas Monumento de la Humanidad por la UNESCO y están protegidas por el Museo Trovant, convirtiéndose en una importante atracción turística del condado de Valcea. Se pueden observar impresionantes ejemplos en la cantera de arena cercana al pueblo de Costeşti o a lo largo del arroyo Gresarea, cerca del pueblo de Oteşani, aunque también se pueden encontrar en Rusia, las estepas de Kazajstán o la República Checa.